Blue Tsuki

Friday, July 07, 2006

La vida y la muerte van cogidas de la mano, una no puede existir sin la otra, una es el principio, la otra el final. No es posible elegir a cual de las dos estimas más, hay momentos en los que la vida te parece bella y momentos en los que deseas morir al instante. La muerte puede ser realmente atractiva, finaliza tus problemas, dejas atrás sufrimientos y decaídas, pero... ¿por qué no piensas en aquellos a los que vas a dejar? ¿Piensas que ellos no sufrirán? No eres tú la que tiene derecho a decidir si deben o no sufrir, si deben o no preocuparse... pero tú no quieres que se preocupen por ti, no eres lo bastante valiosa para que se preocupen por ti. Solamente eres un cuerpo más con un alma que se va extinguiendo cada día un poco más, poco a poco te vas quedando sin motivos de felicidad, solamente te quedan desgracias y penurias, es por ello que lo que más deseas es la muerte.

Es por ello que la llamas cada noche para que vaya a hacerte compañía mientras duermes, mientras los sufrimientos se hacen realidades en tu subsconciente. Lentamente vas preparando a tus seres queridos para tu partida, te vas alejando de ellos, te vuelves cada vez una persona más fría, ya casi no hablas, no comes, no te ríes, y cada vez ellos se preocupan más y más, aunque tú no quieras que sufran, es eso lo que estás consiguiendo con tu silencio, con tu alejamiento. Es hora de que recapacites, de que pongas la otra mejilla y decidas volver a ser feliz, pero tú tan obstinada como siempre decides seguir hasta el final, prefieres la oscuridad que la brillante luz que tienes delante, decides quedarte sin luchar para ser feliz, te conformas con los destrozos que tienes, sería mejor que lucharas, que salieras a la luz e hicieras que aquellas personas que tanto te importan dejaran de preocuparse, es hora de que levantes el ánimo, es hora de que dejes de llamar a la muerte con los brazos abiertos, es hora de que dejes de decir: "Ven a aliviarme para siempre, por favor"

Llegó el momento de que decidas qué es lo que más te llama la atención, si la vida con esas personas que te quieren, aunque venga con penurias; o la muerte, que te trae ese alivio que tanto ansías. Decídete ya, porque después puede ser demasiado tarde. Mira en tu interior y sabrás que allí encontrarás las respuestas que necesitas para decidir, la vida te ha traído felicidades a parte de penurias, te ha traído momentos maravillosos que nunca tendrías que haber olvidado. Decídete ya, que te quedan bastantes cosas pendientes por hacer, demasiados momentos buenos por vivir, es hora de que dejes de lamentarte y decidas dar los pasos que te faltan para llegar a ese pequeño resquicio de luz que hay entre tanta oscuridad, es hora de que vuelvas a reír y a soñar.

Es hora de que vuelvas a ser la alegre persona que no se preocupaba por nada, que decía que lo que viniera, vendría, que entonces se daría frente a los problemas. Pero sobre todo, es hora de que aceptes que las personas que te quieren tienen derecho a preocuparse por ti, es hora de que aceptes aquellas cosas que nunca te han gustado, que empieces a escribir aquella hoja en blanco que siempre dejabas para el final, que esto no es el final, si no el principio de otra etapa de la vida. Es tu renacimiento de entre las cenizas que a punto estuvieron en su día de sepultarte, es el momento de que renazcas libre de todas tus preocupaciones y que vuelvas a la "vida", que dejes de lamentarte por todos los rincones que hay en ese pequeño mundo que creaste para ti, es momento de que le digas adiós a ese mundo particular, y lo abras para aquellas personas que verdaderamente te importan. Deja de sufrir, deja de lamentar, es hora de que la felicidad llegue a ti, empezando por hoy, ya no evadas las cosas, vuelve a ser la misma de antes. Es hora de que vuelvas a aquellas agradables conversaciones que tenías con esa persona que tanto querías y quieres todavía.